martes, 6 de junio de 2017

Job shadowing en Százhalombatta (Hungría).Diario de Viaje.


Domingo, 31 de mayo de 2017.

Llegamos a las 9.20 al aeropuerto de Budapest donde nos recogen para trasladarnos a Százhalombatta.



Una vez instalados en el hotel “Training” damos un paseo por el centro de la ciudad. Se celebra el Día Nacional del Niño, por lo que en la plaza principal hay preparados varios talleres dedicados a los niños, así como atracciones, tiendas de helados y algodón de azúcar, actividades de teatro en la calle, etc.
Visitamos  “Római Katolikus Templom”, una iglesia con una arquitectura muy llamativa y espectacular, tanto en el exterior como en el interior.




Pasamos por una plaza cerca del hotel en la cual nos hacemos fotos con el famoso cubo del escultor y arquitecto húngaro Ernő Rubik.




Lunes, 29 de mayo de 2017.


     El programa  preparado para la mañana de hoy en el Centro Arany Janos Altalanos pintaba muy bien, pero nunca hubiera imaginado que iba a disfrutar tanto e iba a ser tan enriquecedor.     
    Nada más llegar nos recibe la directora a todos los profesores provenientes de los tres países colaboradores, Finlandia, Eslovenia y España. De bienvenida, un café con pastas e intercambio de regalos.
A las 9 comienza mi “job shadowing”, observación de una clase de música de décimo grado de secundaria, equivalente en nuestro sistema educativo a primero de bachillerato. Es una asignatura obligatoria y tienen cuatro clases a la semana de cuarenta minutos. Sobre esto estamos a años luz de ellos. Tienen su cultura musical muy arraigada, su folklore es la base de todo su aprendizaje musical.  La clase versa sobre los orígenes del jazz y su influencia en la música húngara. Algunos alumnos hacen una presentación oral, ayudándose con un powerpoint, de algunos compositores y músicos húngaros, y comentan sobre un concurso muy conocido y exitoso de la televisión húngara llamado “Virtuózok”, parecido a “La Voz”, pero como concursantes niños muy talentosos en el mundo de la interpretación de instrumentos. Vemos, según me indican, el vídeo de uno de los ganadores, un niño de 10 años tocando prodigiosamente una Sonata de Mozart.
Me sorprenden varias cosas, algunas en las que creo nosotros llevamos la delantera tecnológicamente hablando, y otras  que me hacen pensar si estamos por detrás. La primera, que usan el tradicional proyector tipo cañón con pantalla enrollable en la pared. La música la pone la profesora con su móvil mediante un minialtavoz con bluetooth. Y la segunda, que la profesora da sus explicaciones mirando los contenidos en su móvil, no usan libros. Mientras los alumnos cogen notas, bien  en un cuaderno e incluso en sus propios móviles.